Universidad pedagógica nacional
Lic. En Filosofía
Oscar
Nicolas Méndez Ortiz
2015232022
El
Papel Del Cyborg Dentro Del Movimiento Feminista
Este
escrito tiene como fin es cuestionar ¿Por qué es importante fundamentar el mito
cyborg dentro del movimiento feminista? Para resolver esta pregunta partiré del
análisis de la lectura del libro “Ciencia, Cybors y mujeres” de la filósofa
norte americana Donna J. Haraway.
Realizando énfasis, en el análisis del sexto capítulo denominado “Manifiesto
para cyborgs: ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del siglo XX”.
Para resolver esta pregunta dividiré este texto en tres partes. Primero, realizare
una breve reconstrucción del contexto histórico que motivo las construcciones de
mito cyborg. Luego, se analizarán algunas de las características principales de
los cyborgs. Para finalizar, se dará respuesta a la pregunta que motivo este
escrito.
La Crisis dentro de la categoria de mujer.
Para
Haraway, la causa de la fragmentación del movimiento feminista se encuentra en la
ambigüedad que existen dentro del concepto mujer. Concepto que parece fundamental
para el desarrollo de una identidad política, pues se muestra como matriz que permite
unificar el movimiento. Pero, que resulta ser una herramienta para la exclusión
y el sometimiento de la mujer, incluso dentro del mismo feminismo, como es el
caso del feminismo Terf[1]. Para la filosofía, esto se debe principalmente
a que este concepto es una construcción social, el cual nace del discurso
científicos-sexuales y tiene diferentes matices dependiendo del lugar de
enunciación de cada persona. La experiencia de ser mujer dependerá de
muchos factores sociales como la clase social, la raza o la genitalidad[2]. Provocando que cada
experiencia sea diferente. Incluso, que resulten contradictorias al ser
contrastadas, generando diferencias que parecen ser irreconciliables. Un
ejemplo de esto se encuentra en el caso del lugar que ocupaban las mujeres
negras dentro de los movimientos feministas blancos, a finales del siglo
XX. Los movimientos feministas gestados
por las mujeres blancas, ni por los movimientos en pro de los derechos de los
hombres negros, lograban representar todas las necesidades que exigía esta
parte de la población, quienes sufrían un doble proceso de marginación, un lado
por ser mujer y también por ser afrodescendiente.
“La
categoría «mujer» negaba a todas las mujeres no blancas; «lo negro» negaba a
toda gente no negra, así como a las mujeres negras. Pero tampoco había un
«ella», una singularidad, sino un mar de diferencias entre las estadounidenses
que han afirmado su identidad histórica como mujeres estadounidenses de color.”
(p. 266)
El
tratar de unificar los movimientos feministas bajo el concepto de mujer, a
constituido uno de los mayores problemas dentro del movimiento, pues ha
provocado procesos de apropiación y totalización. Ignorando o excluyendo una
parte de la población, quienes usualmente son los más oprimidos, para centrar
la lucha en restituir los derechos de solo una parte del movimiento,
garantizando alcanzar el telos establecido por la mayoría. Dona Haraway, realiza fuertes criticas a dos
de los grupos feministas dentro de la historia del movimiento estadounidense.
El feminismo marxista socialista y el feminismo radial, especialmente la
vertiente representada por MacKinnon.
Por
un lado, el feminismo marxista socialistas, es un movimiento que cómo su nombre
lo indica nace de las reflexiones y categorías de Marx, para fundamentar su
pugna política. Este movimiento intenta establecer una unidad del movimiento
mediante la ampliando el concepto de trabajo. Instituyendo como criterio de
identificación todas las actividades que socialmente se les asignado a las
mujeres, como “el trabajo de las mujeres en el hogar
y la actividad femenina como madres (es decir, la reproducción en el sentido
feminista socialista).” (p. 270). Es
decir, esta postura abogaba más por la remuneración de este tipo de
actividades, pero no el derecho de elegir realizar estas labores.
Por
otro lado, el feminismo radical se le realizan dos críticas. La primera, apunta
a la pretensión de realizar una taxonomía de los movimientos. Ante la necesidad de mostrar cómo se ha dado
las luchas feministas, algunos académicos y militantes han intentado mostrar
las luchas feministas como un movimiento uniforme, el cual obedece a unas metas
establecidas, denominadas las olas del feminismo. Esta postura, desconoce las
diferencias ideológicas y de exigencias que existen del movimiento, al tratar
de imponer una lógica teológica. Ignorando que estas luchas no se dan en simultaneidad
y no obedecen a las categorías ontológicas ni epistemológicas establecida por
los académicos. La segunda critica nace
de la forma como se define la mujer.
“MacKinnon dice que el feminismo adoptaba necesariamente una
estrategia analítica diferente del marxismo, contemplando primero no la
estructura de clase, sino la de sexo/género y su relación generativa, la
constitución de los hombres y la apropiación sexual de las mujeres.
Irónicamente, la «ontología» de MacKinnon construye un no-sujeto, un no-ser. El
deseo de otro, no el trabajo del yo, es el origen de la «mujer».” (p. 272)
Haraway
nos advierte que, dentro de esta postura, la figura de la mujer es reducida a
una construcción en base del deseo del hombre. A diferencia de la postura
marxista en donde la mujer tomaba conciencia por medio de su trabajo, como lo
hace cualquier otro proletario. La postura del feminismo radical destruye todas
las posibilidades de emancipación. Pues postula el concepto de mujer como una
construcción que nace desde la proyección que el hombre tiene de ella,
quitándole incluso el estatus de sujeto. El feminismo radical, es una propuesta
totalizadora la cual no solo niega la diferencia dentro del movimiento
feminista, también niega la misma lucha, marginalizando a las mujeres en un
producto mas del hombre.
Un nuevo mito, los cyborgs.
Ante
este escenario escalofriante en donde nos muestra que las dificultades que
tiene el movimiento feminista para unificar nacen desde la ambigüedad del concepto
de mujer. Donna Haraway postula la creación de un nuevo mito, el sustente un nuevo
tipo de identidad la cual logre superar las barreras impuestas por el género,
la raza y clase, que son los principales obstáculos que impiden que el movimiento
feminista logre su unidad. El mito del ciborg.
Para
empezar, es necesario definir al mito cyborg como una propuesta política, la
cual busca realizar cambios profundos en la forma como se organiza sociedad. Trasformando
desde la relación que existen dentro del Oikos, hasta modificar las relaciones
entre la cultura y la naturaleza. Es una propuesta trasgresora la cual pone en
juicio muchos de los límites que cimentan al mundo construido por el hombre
moderno. Límites los cuales fundamentan nuestras practicas sociales, tales como:
el género, la raza, la diferencia entre hombre y los animales, la idea y lo
material, entre otros.
Este
mito, costa de tres características claves. Primero, es una ironía la cual
intenta mantener unidas contradicciones, sin pretender sobreponer alguna. Es jugar
con los dualismos y las contradicciones establecidos por la sociedad, mostrando
que sus límites son imaginarios. El mito
ciborg nace entre las grietas del movimiento feminista, tratando de establecer
canales entre las diferentes voces que conforman estos movimientos, las cuales
presentaban diferencias fundamentales, sin las pretensiones de subordinar ningunos
de sus actores.
Por
otro lado, también es una blasfemia. Esto tiene una doble implicación: Primero,
sirve como escudo para defenderse ante los ataques de los defensores del estado
patriarcal, moralistas conservadores que intentan mantener las condiciones
actuales. En segundo lugar, es una renuncia a los mitos fundamentales de la
sociedad. No reconoce mas las promesas del paraíso ni de una unidad original, es
una creatura del mundo postgenérico. Como consecuencia, el ciborg no tiene génesis
ni telos definidos, no cae en el sueño inocente de entrar en comunión con su
creador, como el monstruo de Frankenstein. Además, tampoco tiene el miedo de
sufrir las consecuencias de trasgredir los limites impuestos por su creador, no
tiene miedo al apocalipsis, pues es el quien provoca el fin del mundo del
hombre moderno. Esto provoca que tenga
una capacidad de trasformar al mundo, pues al no haber nada preestablecido, existe
la capacidad de modificar las relaciones que tiene con el mundo. De trasgredir
los limites y modificar las relaciones, poniendo en duda o borrando los limites
socialmente aceptados, como es el caso entre la división entre animales y
hombres, o entre humanos y maquinas.
“El cyborg no reconocería el Jardín del Edén, no está hecho de
barro y no puede soñar con volver a convertirse en polvo. Quizás sea por eso
por lo que yo quisiera ver si el cyborg es capaz de subvertir el apocalipsis de
volver al polvo nuclear mediante la compulsión maniaca de nombrar al Enemigo.
Los cyborgs no son reverentes, no recuerdan el cosmos, desconfían del holismo,
pero necesitan conectar: parecen tener un sentido natural de la asociación en
frentes para la acción política, aunque sin partidos de vanguardia.” (p. 256)
La
última característica es su naturaleza. El cyborg es definido como un ser “un híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad
social y también de ficción” (p. 253) Esto quiere decir, que la
identidad del cybors está constituida por la ironía. La colisión de dos categorías
que se consideran contradictoras, que parecen irreconciliables. Como es el
caso, la naturaleza con el mundo tecnológico. Además, la realidad social, que se
puede entender como todas las relaciones que establecemos en el contacto con el
demás, y la ficción, como el creer los mitos fundacionales, como el concepto de
mujer. Esta naturaleza dual, produce que
el cyborg tenga una alta capacidad de establecer lazos con el otro, sin
importar las diferencias que existen entre los dos, como es el caso de los
animales.
Conclusión
Teniendo
en cuenta lo expuesto en los dos apartados anteriores, es válido afirma que el
mito cyborg, nace como la respuesta a la pregunta, de como unificar al
movimiento feminista sin poder utilizar la categoría de mujer. Este mito es impórtate,
pues, intenta generar una identidad política en el movimiento, la no excluya o invisibilice
alguna de las partes del movimiento. Es decir, se intenta superar el error del
feminismo radical, el cual era totalizante e invisibilizaba una parte del
movimiento. Ni muchos menos, caer en el error crear en concepto de identidad de
forma tan reducida, que termine excluyendo parte del a población, como sucedía
con los movimientos feminista bancos o el feminismo Terf.
Por
otra parte, me parece muy interesante la articulación que realiza entre los
movimientos sociales y el avance tecnológico. Dos campos que parecen estar
constantemente en pugna, em especial para los ojos de algunos teóricos o
activistas ambientales, los cuales denuncian que el desarrollo tecnológico está
teniendo fuertes impactos negativos, tanto para el medio ambiente, como para el
desarrollo de las relaciones sociales. Para algunos autores, la relación que tenemos
con la tecnología altera las formas como nos relacionamos con los otros,
provocando que nos convierte en seres más dependientes del sistema capitalista
e impidiendo la consolidación de movimientos sociales, como el feminismo. Sin
embargo, que dentro del mito cyborg, Donna Haraway logra reconciliar, demostrando
que estos desarrollos tecnológicos, pueden ser usados como estrategias poderosas,
que ayuden a consolidar un movimiento social el cual logres trasformaciones
fundamentales en nuestra sociedad. La verdad me hubiera gustado poder profundizar
un poco mas en esta idea. Sin embargo, por cuestiones de espacio y extensión
del texto no puedo. Por lo tanto, la dejo como una cuestión abierta, para
debatir dentro de la sesión.
[1] Es
una rama del feminismo, el cual se muestra como oposición ante las personas transgénero.
[2] Entiendo como genitalidad, el órgano sexual que es
determinado de forma aleatoria por la bilogía. Lo cual es diferente al género
que la persona decida tener. Aunque Donna Haraway no realiza esta distinción,
si creo esta idea rondado a lo largo del texto, en especial cuando habla de la relación
que tiene el cyborg con su sexualidad.
Hola Nicolas, en algunas partes de tu ponencia hay partes en donde está escrito en negro y hace que sea difícil leer.
ResponderEliminarYa modifique el tema del block, esto soluciona este inconveniente.
EliminarSííí. Se ve mejor.
EliminarLo que puedes hacer es copiarla a word y poner de un solo color la letra mientras el ponente corrige el texto en el blog.
ResponderEliminarGracias c:
EliminarHola Nicolas, el video de tu ponencia aparece como privado, creo que puedes editar la privacidad a oculto y así queda visible únicamente en el blog.
ResponderEliminarListo compañero, ya modifique el video.
EliminarHola a todas este es el vídeo sobre la ponencia de Nicolás:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=YQStOU1QKes
Este es el vídeo que vi hace algún tiempo del que saque la reflexión que pongo en el comentario:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=jx0ka1rGxoQ&t=30s&fbclid=IwAR3z6YT0cpbleuW362xGy_fysw-z0GFYKE0LGKnK_OinMDXA5IHvksgXCaY
Hola Nicolás, gracias por tus aportes y por tu texto, también a Camila por su video. ¡Disculpen que se me fue muy larga! (Tiene dos partes, en parte porque estaba muy larga, y en parte porque timbraron en la mitad de la grabación)
ResponderEliminarhttps://youtu.be/KtGF2xeDuEA
https://youtu.be/ZRsBXZ19IW4
El mito del cyborg como blasfemia.
ResponderEliminarme gustaría mencionar como el cyborg propuesto por Haraway encarna la blasfemia en varios sentidos, pues es una propuesta política que rompe con varios discursos hegemónicos, por un lado rompe con la idea cristiana de blasfemia planteándose como su contra discurso o antítesis y, además, rompe con la idea de cyborg que ha constituido el cine y el discurso moderno norteamericano sobre la robotización del hombre masculino patriarcal, en donde esa constitución de cyborg muestra al hombre como una posible arma en potencia para destruir las distintas subjetividades mecanizando la humanidad natural y convirtiéndola en un arma, en este sentido la propuesta de cyborg de haraway también cumple una acción blasfemia puesto que no cumple el papel de un arma ni robotiza la humanidad, su intención es rompen con los códigos binarios y los discursos unívocos, desdibujando las distancias entre animal, humano y máquinas, veamos esto en palabras de la autora: “un mundo cyborg podría tratar de realidades sociales y corporales vividas en las que la gente no tiene miedo de su parentesco con animales y máquinas ni de , identidades permanentemente parciales ni de puntos de vista contradictorios.”
Para finalizar me gustaría concebir una posible respuesta frente al planteamiento de Nicolas sobre la relación de la tecnología con la liberación humana, pues así como la metáfora de cyborg de Haraway no pretende mecanizar al humano sino más bien ponerlo en armonía con los discursos naturales y las distintas criaturas, pienso que la tecnología concebida como arma y mecanización del humano siempre va a ser un impedimento para su libertad, partiendo de ese punto habría que constituir una definición de tecnología más amigable con la humanidad que no extermine y maquinice su esencia sino que le sirva de ayuda para ampliar sus horizontes artísticos y en relación con su entorno, la ciencia no vista como armas sino como potenciadora de la humanidad misma.
En el presente comentario a la ponencia “El papel del mito Cyborg dentro del movimiento feminista” de Nicolás Méndez, quisiera adentrarme en unas reflexiones ubicadas en el apartado de la conclusión. Es pertinente distinguir que la argumentación de Nicolás gira alrededor del movimiento feminista y la integración del ciborg, mi intención aquí es profundizar en algunas ideas, particularmente; cuando la ponencia habla de articulación entre movimientos sociales y avances tecnológicos, y más adelante, el “reconciliar” que posibilita transformaciones sociales.
ResponderEliminarEn mi lectura de Haraway*, concuerdo con Nicolás al afirmar lo interesante del puesto que ocupa la asociación o articulación para la caracterización del ciborg, añado la importancia de la afinidad para superar la lógica de la identidad y las categorías en el movimiento feminista, la ponencia hace hincapié en la posibilidad que presta el desarrollo tecnológico ligado a los movimientos sociales, para pensar cambios esenciales, resulta importante señalar entonces la potencia que aguarda esta hibridación tanto en un nivel macro, de “remodelación” de estructura política, “remodelación” de relación con la naturaleza, donde se sigue que esta transformación profunda no puede consolidarse en ningún modelo de capitalismo avanzado, en otras palabras, que la transformación del sistema económico es un punto obligado para dicha remodelación. En paralelo a esto, un nivel micro en que se despliega el cyborg parcializado, modifica conscientemente e irónicamente sus prácticas y entornos, la familia, el trabajo, el lugar que se habita y se transita, cobran nuevas significaciones y posibilidades. Lo último que quiero agregar es una condición o cuidado que hay que tener al hablar de reconciliación, puesto que puede dirigir el pensamiento a una suerte de tranquilidad y visión estática del mundo, y no, justamente desde la autora percibo el interés en mostrar la imposibilidad de una tratamiento inocente del mundo, así pues, la atención y disposición para aprender del error, brindan dinamicidad, no se mira en una dirección o con una única mirada, sino que; “Las unidades ciborgánicas son monstruosas e ilegítimas.”(p, 263).
* Haraway, Donna (1995). Ciencia, cyborgs y mujeres. Capítulo seis. “Manifiesto para cyborgs: ciencia y feminismo socialista a finales del siglo XX”. pp. 251-275.
Agradezco a todos los que participaron en el ejercicio, aquí les dejo el link de mi respuesta. Quedo atento a sus comentarios.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=0gmOIoL3mpQ
Hola, buen día.
ResponderEliminarA continuación dejo mi comentario con respecto a la ponencia y de corazón me disculpo, tuve muchas dificultades y me estoy poniendo al día. Soy consciente de que no puedo preguntar porque la discusión ya se dió, no obstante, dejo mis apreciaciones aquí y en mi blog. Un abrazo.
Me parece que la ponencia maneja un lenguaje claro, conciso y fluido. Además me parece interesante que se divida la ponencia teniendo en cuenta el contexto histórico para luego sí hablar de lo central en este capítulo.
Ahora bien, entiendo que tu comprensión de dicho capítulo apunta a que la autora «intenta superar el error del feminismo radical, el cual era totalizante e invisibilizaba una parte del movimiento» y que por otra parte, es relevante la articulación que Haraway traza entre los movimientos sociales y el avance tecnológico. Esto anterior lo veo de forma más precisa en este apartado de la autora
Así, el mito de mi cyborg trata de fronteras transgredidas, de fusiones poderosas y de posibilidades peligrosas que gentes progresistas pueden explorar como parte de un necesario trabajo político. Una de mis premisas es que la mayoría de los socialistas estadounidenses y de las feministas ven profundos dualismos entre mente y cuerpo, animal y máquina, idealismo y materialismo en las prácticas sociales, formulaciones simbólicas y artefactos fisicos asociados con la «alta tecnología» y con la cultura científica.
(Haraway, p.262)
Claro, en la cita anterior hay más información, no obstante, la traigo a colación porque algo que me llamó mucho la atención de esta parte del libro es pensar en ciertos conceptos más allá del dualismo. Pues, pareciera que en esos dualismos que trazamos casi naturalmente las cosas se opusieran entre sí. Con Haraway se puede llevar más allá la mirada; a no limitarse a la dualidad o contradicción, sino ver cómo hoy en día hay cosas que no necesariamente son distintas.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarConsidero que la descripción de Nicolás Méndez fue clara, fluida y sintética, lo que más me llamó la atención fue el imaginario apocalíptico construido por la modernidad con la “unidad originaria” y que es utilizado por Haraway a través de la figura del cyborg, para insistir en una posición política que destruye esta unidad histórica y reafirma la necesidad de una reinvención que, como dice Méndez, construya canales unificadores ante las fragmentadas identidades de los procesos de conciencia feminista, a través de procesos de afinidades entre estos feminismos que unifiquen no una identidad esencial, sino de lucha contra las marginalidades impuestas por la modernidad. Lo que responde, en parte de lo que plantea, a la pregunta de Haraeway: “¿cuál será el aspecto de otro mito político para el feminismo socialista? ¿Qué clase de política podría abrazar construcciones parciales, contradictorias, permanentemente abiertas de entes personales y colectivos, permaneciendo al mismo tiempo fiel, eficaz e, irónicamente, feminista y socialista?” (Pg.269) De lo anterior y lo dicho por el compañero ponte:
ResponderEliminar“Donna Haraway postula la creación de un nuevo mito, el sustente un nuevo tipo de identidad la cual logre superar las barreras impuestas por el género, la raza y clase, que son los principales obstáculos que impiden que el movimiento feminista logre su unidad. El mito del ciborg.”
Me generó un poco de confusión porque me dio la impresión de que dicha propuesta, busca una “unidad” en el movimiento feminista y una “nueva identidad”, quizá así sea, pero me generó un poco de ruido, no solo porque a este concepto siempre le he tenido un poco de recelo, sino también porque veo el mito del cyborg no como una nueva identidad, sino como una nueva visón, foco o forma de leernos para entender el mundo que habitamos, de todos modos cuando expone las características del mito cyborg en su apartado de la ponencia, logro entender un poco, por lo que considero logra hacer uso de las ideas relevantes de Haraway, para exponerlo con sus propia voz.
Gracias por tu ponencia. :)
Buen día Nicolás, me disculpo por la fecha de publicación de este comentario, espero que todavía te sea de utilidad. Considero que tu ponencia es muy clara y logras caracterizar bien los conceptos del apartado correspondiente. Concretamente, al respecto de las distinciones entre el feminismo marxista socialista y el feminismo radical tengo algunos vacíos que logré enmendar en gran medida con la lectura de tu ponencia.
ResponderEliminarAhora, tomando en consideración la lectura que Haraway y tu apartado, Un nuevo mito, los cyborgs, me surgen un par de dudas. Si bien, en tu documento explicas lo que es el cyborg, y en general logras dimensionar el rol transgresor y si se quiere revolucionario de este, aun me cuesta comprender los campos de acción que tiene al interior del movimiento feminista. Comprendiendo la naturaleza del cyborg, es notable que tiene un carácter que no obedece a un patrón de origen, y por tanto transmuta los valores de la sociedad capitalista y masculina en que vivimos. Así pues, surge como un elemento que se aisla de todo esencialismo y de parentesco con sus ancestros, en esto, es donde veo el punto de Haraway al posicionar al cyborg como una estrategia y una alternativa de las mujeres y lxs marginalizadxs para salir un poco de las dinámicas capitalistas patriarcales. En este sentido, me resulta comprensible la propuesta de Haraway, pero me genera un interrogante, que más que dirigírtelo a ti, lo dejo como una cuestión abierta, y es ¿Qué posibilidades tiene el ciborg actualmente en un contexto como el nuestro, latinoamericano, colonizado y demás, para surtir un efecto tranformador?