Comentario Ponencia de Angie Bernal
Para comenzar, quiero resaltar la introducción que
realizo Angie sobre el contexto de Donna Haraway y los problemas que motivaron
esta discusión. Pues, al conocer la historia de la autora, no solo nos ayuda a
entender el origen de la crítica sobre el concepto de objetividad y la forma
como se desarrolla el conocimiento dentro del mundo científico y filosófico. También,
nos muestra la pertinencia de esta crítica, pues su historia es un testimonio
de la lucha que muchas mujeres y hombres que no son blanco y/o heterosexuales,
tienen que realizar por ganar un lugar dentro del mundo académico. Un lugar,
que se supone que debería estar abierto a todos, pero que es dominado por hombres
blancos privilegiados, los cuales utilizan a la academia como un bastión para
la defensa del dominio que ejercen sobre los otro, en este caso específico, sobre
una mujer blanca.
Creo que es un significativo que Dona Haraway, desde el
inicio de su escrito, nos exprese el resentimiento que siente por el mundo académico.
No es en vano, que la autora compare al mundo académico con un campo de
batalla, donde los sujetos son educados para luchar descarnada para
defender sus creencias, pasando por encima del otro, sin tomarse la molestia de
escuchar primero que dice, como lo dice, ni por qué lo dice. Rompiendo de
facto, toda posibilidad de entablar un dialogo, pues dentro de sus criticas des-legitiman
el conocimiento del otro, por su lugar de enunciación, por no ser objetivos. Por esto
creo que investigar el contexto el autor dentro del proceso de analizar su
pensamiento, es un paso necesario y coherente con la propuesta de objetividad propuesto
por autora, del conocimiento situado.
Adicionalmente, me parece muy interesante y pertinente el ejemplo
planteado en la ponencia, sobre la crisis del covi-19. Pues pone en evidencia los
problemas que implican, la forma como se educan los académicos y se desarrolla
el conocimiento. Es sorprendente el observar, que ni siquiera la actual coyuntura
logre convocar a toda la comunidad científica para el desarrollo de una vacuna
o tratamiento efectivo contra el coronavirus. Aunque estén muriendo muchas personas,
los egos y las pretensiones de poder de las diferentes potencias, conviertan el
desarrollo científico en una carrera por la gloria y el domino, impidiendo la colaboración
en pro de salvar vidas.
Por otro lado, me interesa mucha las preguntas que postulo
al final de la ponencia y me gustaría unirme al debate al proponer una
respuesta a la tercera pregunta, la cual me parece muy importante, pues
cuestiona directamente la forma en que nos educamos. ¿Hay que fundamentarse
primero teóricamente sobre lo que dicen algunos filósofos ilustres y luego si
pensar de forma situada… o al contrario?
Creo que es un error el priorizar los procesos de fundamentación
teórica frente al desarrollo de una vos propia. Aunque no quiero des-legitimar los procesos de fundamentación
teórica, los cuales son muy importante dentro del quehacer filosófico cuando se
participa dentro de una discusión. Pues, los problemas filosóficos no nacen espontáneamente,
todos están inscritos dentro de una tradición filosófica. Además, dentro del ejercicio de análisis de un
problema es importante escuchar diferentes voces, en especial la de aquellas personas
que tiene aportes muy importantes dentro de la discusión y por ende gozan de un
reconocimiento dentro de la comunidad académica.
Sin embargo, desde mi experiencia dentro de la carrera, conversaciones
que he tenido con algunos compañeros y profesores, he notado que en muchos estudiantes
(entre los que me incluyo) existe un problema muy fuerte de confianza lo cual
impide tener una actitud propositiva frente a las discusiones. La idealización de algunos autores, los cuales
gozan de una de un reconocimiento muy fuerte dentro del mundo académico y el
miedo a recibir escarnio público por decir algo que sea rechazado por la
comunidad o el docente, impide que muchos estudiantes se atrevan a seguir sus
intuiciones y criticar a un autor.
Esto provoca, que muchos estudiantes nos veamos en la
tediosa tarea de escribir en pro de lo que los otros quieren escuchar y no
realmente en lo que creemos o sentimos. Es lamentable, pero usualmente es más cómodo
y se ve mejor recompensado (en la calificación final y en la relación con
algunos docentes) el apegarse al texto, impostando la vos del autor estudiado, repitiendo
como loros las disertaciones que los autores canónicos dicen. Este error de
quedarnos en una zona de confort, no solo se impiden el desarrollo de la discusión,
pues de facto se esta negando una postura diferente que puede enriquecer fuerte
mente el debate. También genera grandes problemas dentro del proceso formativos,
los cuales se vuelven evidentes, cuando se nos pide realizar una ponencia, participar
en debates o comenzamos a realizar la tesis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario