domingo, 3 de mayo de 2020

Mi experiencia durante la cuarentena



Un día más acaba de iniciar, otra vez los primeros rayos del sol, que se cuela por la ventana de mi cuarto, golpean mi rostro y gracias a esto me doy cuenta de que acabo de pasar otra noche siendo presa del insomnio. Otra noche no puedo dormir por la ansiedad de ver como el mundo arde a mi alrededor, y con él se evaporan mis ilusiones de tener un mañana mejor, igual como se desvanece un cubo de hilo en un vaso de whisky. La verdad no se muy bien que día es hoy. Desde que inicio la cuarentena siento que vivo sumergido en un mundo extraño. Lo cual no es malo en sí mismo y era algo que esperaba, pues el estilo de vida de la sociedad occidental era insostenible y solo era cuestión de tiempo para que un gran cataclismo, provocado por el cambio climático o algún conflicto armado escalonado, cambiara la vida de todos. No obstante, el desear este cambio no implica que adolezca por todo lo que sucede a mi alrededor.
En este nuevo tipo de vida, el cual es marcado por el miedo de ser contagiado con el covi-19, he tenido mucha suerte. Soy muy afortunado, pues gracias al apoyo de mi familia no he pasado ninguna necesidad económica. Tampoco afectiva, por un lado, cuento con mi familia, con los cuales he afianzado mis lazos emocionales y cada día nos acercamos más, a tal punto que no he vuelto a tener conflictos con ellos. Algo que, en condiciones normales por la rutina que tenemos cada uno no hubiera pasado. Por otro lado, constantemente estoy en contacto con mis amigos por medio de las redes sociales, lo cual me ayuda a despejar la mente, cuando siento que comienzo a ser invadido por la ansiedad al pensar en el mañana. Además, durante este tiempo de aislamiento he logrado realizar actividades que disfruto, pero que tenía aplazadas por la rutina, como retomar la rutina de la guitarra, ver algunas series de televisión y leer algunos libros que tenia en la lista de espera.  
Sin embargo, aunque la vida es buena conmigo no puedo ser feliz ni pasar este momento con tranquilidad. El ver noticias relacionadas con la crisis sanitaria se a convertido en un martirio. Cada día se vuelve más insoportable al observar impotentemente el mal manejo que los gobiernos de diferentes países tiene de esta situación, y estos sentimientos se intensifican cuando veo las noticias de mí país.
 Me parece increíble ver en los medios de comunicación, como diferentes figuras públicas, como el sub-presidente Duque, toma decisiones para enfrentar la crisis las cuales no ayudan para nada a quien más lo necesitan. Acciones las cuales solo ayuda a los grandes empresarios, sus amigos y acreedores mientras dejando morir a las personas más necesitadas, la mayoría de las personas que realmente mueven este país.  Prefieren dar dinero a los bancos y empresas privadas, mientras la gente se muere de hambre en sus casas o se tiene que arriesgar a salir a rebuscarse la comida y condenarse a morir por el covi19. Ni hablar, de como invierten exorbitantes sumas de dinero para reforzar las fuerzas de represión, el ESMAD, mientras los funcionarios de la salud tienen que luchar esta guerra contra el coronavirus, sin ni siquiera contar con los materiales necesarios para mantener a salvo sus vidas.
Es muy doloroso y desalentador, observar como un gobierno que estaba sumergido en la ingobernabilidad, que estaba constantemente en jaque por los movimientos populares, hoy aprovechando la crisis sanitaria logra gobernar con total impunidad.  Que en medio de uno de los peores escándalos políticos, los cuales ponen en duda la legitimidad del gobierno y muestran claros vínculos con el narcotráfico y el paramilitarismo, este gobierno sigue tomando decisiones controvertidas y déspotas, ignorando las acusaciones realizas y a la opinión publica. Aunque todos esta en su contra, el gobierno es más fuerza y toma decisiones fundamentales para el futuro de todos. Destruyendo las posibilidades de un futuro mejor y deslegitimando el poder de las instituciones estatales y la división de poderes.  Otra vez el miedo les permite a los gobiernos fascista gobernar a voluntad, ignorando la voluntad del pueblo que en teoría representa.  Ante este panorama desolador, lo único que puedo pensar, es sobre ¿qué sentido tiene seguir manteniendo esta farsa?, ¿cuánto tiempo seguiremos aguantando los abusos de este gobierno, en el cual nos roban el futuro descaradamente en la cara? ¿será que solo es cuestión de tiempo falta para volver a la guerra descarnizada que ha marcado la historia de este país?
Desde pequeño he escuchado que no hay males que duren mas de cien años, ni cuerpos que los resistan. Lamentablemente hoy más que nunca dudo de este dicho y me sumerjo en el fatalismo. Siento como la oscuridad invade mi alma y me quita todas las ilusiones de seguir adelante. Mis fuerzas se desvanecen y me sumerjo cada vez más en mis pensamientos. Sin embargo, antes de caer en una terrible tristeza, una voz conocida llama mi puerta y me invita a tomar el primer café de la mañana. Esta voz que me acompaña desde niño es como un rayo de luz que logra disipar todo el malestar que me afectaba y me recuerda por que debo luchar, lentamente salgo de mi cama y recuerdo que, aunque la situación se ve muy lúgubre, es necesario seguir luchando, no me puedo dar por vencido.  









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