Un día más acaba de iniciar, otra vez los primeros rayos del
sol, que se cuela por la ventana de mi cuarto, golpean mi rostro y gracias a
esto me doy cuenta de que acabo de pasar otra noche siendo presa del insomnio.
Otra noche no puedo dormir por la ansiedad de ver como el mundo arde a mi
alrededor, y con él se evaporan mis ilusiones de tener un mañana mejor, igual
como se desvanece un cubo de hilo en un vaso de whisky. La verdad no se muy
bien que día es hoy. Desde que inicio la cuarentena siento que vivo sumergido
en un mundo extraño. Lo cual no es malo en sí mismo y era algo que esperaba, pues
el estilo de vida de la sociedad occidental era insostenible y solo era cuestión
de tiempo para que un gran cataclismo, provocado por el cambio climático o algún
conflicto armado escalonado, cambiara la vida de todos. No obstante, el desear
este cambio no implica que adolezca por todo lo que sucede a mi alrededor.
En este nuevo tipo de vida, el cual es marcado por el miedo de
ser contagiado con el covi-19, he tenido mucha suerte. Soy muy afortunado, pues
gracias al apoyo de mi familia no he pasado ninguna necesidad económica.
Tampoco afectiva, por un lado, cuento con mi familia, con los cuales he afianzado
mis lazos emocionales y cada día nos acercamos más, a tal punto que no he
vuelto a tener conflictos con ellos. Algo que, en condiciones normales por la
rutina que tenemos cada uno no hubiera pasado. Por otro lado, constantemente
estoy en contacto con mis amigos por medio de las redes sociales, lo cual me ayuda
a despejar la mente, cuando siento que comienzo a ser invadido por la ansiedad al
pensar en el mañana. Además, durante este tiempo de aislamiento he logrado realizar
actividades que disfruto, pero que tenía aplazadas por la rutina, como retomar
la rutina de la guitarra, ver algunas series de televisión y leer algunos
libros que tenia en la lista de espera.
Sin embargo, aunque la vida es buena conmigo no puedo ser
feliz ni pasar este momento con tranquilidad. El ver noticias relacionadas con
la crisis sanitaria se a convertido en un martirio. Cada día se vuelve más insoportable
al observar impotentemente el mal manejo que los gobiernos de diferentes países
tiene de esta situación, y estos sentimientos se intensifican cuando veo las
noticias de mí país.
Me parece increíble ver
en los medios de comunicación, como diferentes figuras públicas, como el sub-presidente
Duque, toma decisiones para enfrentar la crisis las cuales no ayudan para nada
a quien más lo necesitan. Acciones las cuales solo ayuda a los grandes empresarios,
sus amigos y acreedores mientras dejando morir a las personas más necesitadas, la
mayoría de las personas que realmente mueven este país. Prefieren dar dinero a los bancos y empresas
privadas, mientras la gente se muere de hambre en sus casas o se tiene que
arriesgar a salir a rebuscarse la comida y condenarse a morir por el covi19. Ni
hablar, de como invierten exorbitantes sumas de dinero para reforzar las
fuerzas de represión, el ESMAD, mientras los funcionarios de la salud tienen que
luchar esta guerra contra el coronavirus, sin ni siquiera contar con los materiales
necesarios para mantener a salvo sus vidas.
Es muy doloroso y desalentador, observar como un gobierno
que estaba sumergido en la ingobernabilidad, que estaba constantemente en jaque
por los movimientos populares, hoy aprovechando la crisis sanitaria logra
gobernar con total impunidad. Que en
medio de uno de los peores escándalos políticos, los cuales ponen en duda la
legitimidad del gobierno y muestran claros vínculos con el narcotráfico y el
paramilitarismo, este gobierno sigue tomando decisiones controvertidas y déspotas,
ignorando las acusaciones realizas y a la opinión publica. Aunque todos esta en
su contra, el gobierno es más fuerza y toma decisiones fundamentales para el
futuro de todos. Destruyendo las posibilidades de un futuro mejor y
deslegitimando el poder de las instituciones estatales y la división de
poderes. Otra vez el miedo les permite a
los gobiernos fascista gobernar a voluntad, ignorando la voluntad del pueblo
que en teoría representa. Ante este
panorama desolador, lo único que puedo pensar, es sobre ¿qué sentido tiene
seguir manteniendo esta farsa?, ¿cuánto tiempo seguiremos aguantando los abusos
de este gobierno, en el cual nos roban el futuro descaradamente en la cara? ¿será
que solo es cuestión de tiempo falta para volver a la guerra descarnizada que
ha marcado la historia de este país?
Desde pequeño he escuchado que no hay males que duren mas de
cien años, ni cuerpos que los resistan. Lamentablemente hoy más que nunca dudo
de este dicho y me sumerjo en el fatalismo. Siento como la oscuridad invade mi
alma y me quita todas las ilusiones de seguir adelante. Mis fuerzas se desvanecen
y me sumerjo cada vez más en mis pensamientos. Sin embargo, antes de caer en
una terrible tristeza, una voz conocida llama mi puerta y me invita a tomar el
primer café de la mañana. Esta voz que me acompaña desde niño es como un rayo
de luz que logra disipar todo el malestar que me afectaba y me recuerda por que
debo luchar, lentamente salgo de mi cama y recuerdo que, aunque la situación se
ve muy lúgubre, es necesario seguir luchando, no me puedo dar por vencido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario